Yoga sutra 1.2: viaje al corazón del testigo imparcial
- Yoga Yin Escuela Virtual

- 15 jul
- 4 Min. de lectura
Patanjali presenta una enseñanza central: el yoga como estado de quietud mental donde emerge el testigo imparcial. Esta nota explora el sentido profundo de esa figura, su vínculo con la práctica contemporánea y cómo cultivar esa conciencia en el cuerpo, la mente y la vida cotidiana. Por Estela Chapuis
En la práctica del yoga, uno de los conceptos más importantes es el del “testigo imparcial”: ese aspecto propio que puede observar lo que ocurre en la mente sin dejarse arrastrar por ello. Patanjali, en sus Yoga Sutras, lo resume con claridad:
“Yoga es el estado en que han cesado las modificaciones mentales. Entonces el ‘Testigo’ se establece en su propia naturaleza esencial”, dice en el sutra 1.2.
A través de la práctica, se puede aprender a reconocer y conectar con ese observador interno, que ayuda a ver con claridad y calma todo lo que sucede en el interior.

¿Quién es el “Testigo”?
El testigo imparcial es protagonista en todos los caminos del yoga. Es el primer protagonista en todos los procesos de meditación.
Para entenderlo se puede pensar en una idea de La consciencia desnuda de Danilo Hernández (Swami Digambarananda), donde dice que “más allá de la mente que te habla, existe un aspecto personal profundo, que es el observador interior”.
Y agrega: “No se trata de emitir un juicio o racionalizar una experiencia, sino del momento previo, el instante en el cual puedes ser consciente de ello sin emitir aún una reacción emocional. La capacidad de conectar con ese observador interior, con esa mirada completa e imparcial, es el objetivo principal de la práctica de yoga”.
Raja yoga, tantra y modernidad
Originalmente, el yoga era un camino de renuncia y autoexploración para reconocerse en la conciencia pura. Según Patanjali, este enfoque se conoce como Raja yoga, uno de los cuatro caminos del yoga que describe en sus Yoga Sutras.
Por otro lado, en la tradición del tantra, el yoga se entiende como un camino para trascender lo humano, alcanzar la inmortalidad y unirse con la deidad suprema a través de la expansión de la conciencia.
En cambio, la disciplina moderna plantea otros desafíos y da otras respuestas. El significado de la palabra yoga cambia y se mestiza con la psicología, el autodesarrollo, la somática, la ciencia, el alivio del estrés, el ejercicio, la espiritualidad y hasta con la magia.
El yoga es, más que nada, un camino de búsqueda de respuestas al mundo moderno, a sus desafíos, metas y formas de vida. Se vuelve a la tradición para interpretarla y adaptarla a las necesidades. Se toma lo que dan las raíces y se las mira a la luz de los tiempos que corren.

Se suele decir que yoga es unión. Sin embargo, el camino que se recorre para llegar al yoga de Patanjali es un camino de separación: el camino del Viyoga.
En esta concepción, es el camino de observar para ser conscientes de la distancia que hay entre el observador (el ser) y lo observado. Es el camino de reconocer que no se es lo que se observa.
Sakshi Bhava: la conciencia del testigo
Sakshi significa testigo. Pero no cualquiera: un testigo para poder observar las percepciones, sensaciones, emociones y pensamientos.
Esto es fundamental, ya que normalmente se produce una identificación con estas percepciones y se pierde la conexión con el ser. La mente arrastra, de forma desordenada, y no permite ser conscientes de que se es eso.
Tampoco permite ser conscientes del malestar que conlleva vivir enroscados en pensamientos, emociones y sensaciones que no dejan ver más allá, que afectan y enferman.
La práctica de la conciencia del testigo implica observar con distancia y presencia lo que ocurre, pero sin dejar que la mente sea arrastrada por esos pensamientos, emociones o sensaciones.
Es desarrollar una actitud de aceptación y observación imparcial de lo que ocurre. No es controlar ni negar, pero sí observar sabiendo que todos los fenómenos son transitorios.
De esa manera se tiene la posibilidad de entender la mente. Entender cómo funciona, sin identificaciones, y así tomar distancia para resolver con mayor ecuanimidad lo que toca vivir.
Establecerse en la consciencia testigo no requiere suprimir ni alimentar nada, es más bien un no hacer, no intervenir, no involucrarse. Observar desde la aceptación, para empezar a comprender la naturaleza más profunda de todo lo que sucede.
Yoga, emociones y la consciencia testigo

A través de la consciencia testigo la práctica de yoga pasa a la vida. Lo que se aprende en la colchoneta permea hasta ocuparlo todo, no solo ese pequeño rectángulo sagrado.
La práctica se transforma en yoga cuando la experiencia trasciende esa superficie y se vuelve una herramienta para la vida. La vida misma se convierte en práctica continua, sadhana, el camino del yoga.
El camino del yoga
Antonio Machado dice en una canción: “Caminante, no hay camino, se hace camino al andar”.
Y dice el tantra: “La única forma de llegar a la verdad es el conocimiento experimental”.
Buda recuerda: “Os he mostrado el camino a la liberación, ahora os toca recorrerlo”.
Tao significa el camino. La meta se cuida de sí misma, no hay que preocuparse por ella. Si se conoce el camino, se conoce la meta, ya que ella está todo a lo largo de él. Estar en el camino es estar en la meta.
Yoga yin

Cada práctica de yin yoga invita a instalarse en la consciencia testigo. Invita a observar, tomar distancia, ser ecuánimes para elegir la profundidad adecuada.
Tomarse el tiempo para observar de lo superficial a lo profundo, del cuerpo burdo al cuerpo sutil. Observar los procesos, elegir con libertad, pero con sabiduría. Ser presentes, sin esperar nada, abiertos a lo que la experiencia enseña.
Aprender del cuerpo, de la respiración, de observar los pensamientos, reacciones y emociones. Entrenar esa observación para desapegarse del resultado, para no calificarlo. Que bueno y malo sean por igual. Así la realidad es el punto de partida a la experiencia, y la práctica se convierte en meditación, en yoga.
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Que hermosa nota!
Lo que les digo siempre a mis alumnos , que la practica no sea solo en la colchoneta sino tambien fuera de ella.