Existen millones de métodos para quemar calorías y desintoxicar el cuerpo. Prácticas dinámicas físicas, dietas, ayunos, limpiezas y miles de consejos... En esta oportunidad te compartimos una secuencia muy simple para estimular los meridianos relacionados al estómago, hígado y riñones.
Éstos son algunos de los órganos principales de nuestro cuerpo, encargados no solo de digerir mejor los alimentos, si no también de digerir y procesar cualquier situación que estemos transitando a nivel emocional.
Breve info acerca de los meridianos:
Como hemos mencionado en otras oportunidades los yin asanas se apoyan en la medicina tradicional china y el mapa desarrollado por los taoístas.
Se describieron 72 canales por donde fluye el Chi (ó prana, energía), éstos son llamados meridianos, de los cuales 14 son los más importantes. Hay 12 meridianos principales que atraviesan el cuerpo físico, seis asociados a órganos Yin (internos) y seis a órganos Yang (externos).
Los órganos yin son: hígado, corazón, bazo, pulmones, riñones y pericardio. Éstos son considerados los más importantes de todo el sistema, ya que en su accionar se dedican a almacenar energía para luego distribuirla.
Mientras que los órganos yang: intestinos grueso y delgado, estómago, vesícula, vejiga y triple calentador consumen la energía y la hacen circular, tienen la responsabilidad de la transformación y evacuación de los alimentos y desechos.
UN DATO: Si has escuchado alguna vez hablar acerca de la acupuntura podrás ver que los puntos en donde se colocan las micro agujas son sobre los puntos en los meridianos.
Es mediante la estimulación de estos puntos y mediante la práctica de yin yoga, que podemos modificar el flujo de la energía, abriendo paso, acelerando o enlenteciendo la circulación de Chi, barriendo posibles bloqueos, equilibrando, masajeando a los órganos para incentivarlos a su normal funcionamiento, aliviando y liberando dolores. Operando sobre el total de nuestro sistema energético, específicamente sobre el endócrino, linfático y nervioso.
Masaje en los pies:
Iniciamos la práctica con un auto masaje en los pies. Podés utilizar alguna crema corporal con algunas gotas de aceite esencial de enebro, menta, limón o mandarina (ó el que te guste). Éstos particularmente estimulan el sistema circulatorio, ayudando a liberar toxinas a través del sudor, la orina y el hígado.
Presiona debajo del dedo gordo sobre la planta de tu pie, sobre tu metatarso.
Luego desliza hacia abajo, estimulando el meridiano del estómago, centro emocional. Realiza este movimiento al menos unas 10 veces, mientras respiras lento y suave.
Luego desliza los dedos hacia centro del arco del pie, a la altura de tu 2do dedo y luego presiona realizando movimientos verticales a lo largo de la planta, estimulando los meridianos del hígado y vesícula biliar.
Puede que las primeras veces no notes de inmediato los beneficios, pero con constancia podrás percibir los resultados. Recomendamos mucho realizar este masaje por la noche antes de dormir.
Secuencia:
Child pose con manta o yoga mat. 3 minutos.
Coloca una manta enrollada o yoga mat a la altura de tu abdomen, por debajo de tus costillas. Las rodillas pueden quedar juntas o hacia los lados, al igual que los brazos. Busca una posición en donde no te genere molestia ni dolor.
Butterfly, 5 minutos.
Half butterfly, 3 min hacia el frente, 2 de costados y opcional abrir lateral del cuerpo. Total 5 minutos.
Repite del otro lado.
Opcional: Realizar una torsión suave de columna en permanencia. Trae la rodilla de atrás hacia el frente y arma Marichyasana I
Seal, coloca los antebrazos en el piso tomandote de tus codos, alinea los codos con hombros. Separa las manos, sostené esta postura por 3 minutos.
Si deseas profundizar separa las piernas y extiende los brazos, girando los dedos de las manos hacia afuera. Sostené por 2 minutos más.
Twisted roots (raíces torcidas). 5 minutos de cada lado. Recuéstate hacia arriba y lleva las rodillas al pecho. Cruza la rodilla derecha por encima de la rodilla izquierda, si llegas a cruzar también tus empeines, siéntete libre de hacerlo. Deja caer ambas rodillas hacia el lado izquierdo. Si tus rodillas quedan en el aire, coloca un bloque o almohadón por debajo. Lo mismo con tus hombros.
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