En esta era de acuario, feminismos y revoluciones escuchamos mucho las palabras empoderar, soberanía, etc… Pero qué tiene que ver con el YIN YOGA? o con el Yoga en general?
Pues todo. Empoderarse en la práctica de yoga tiene que ver con empezar a escuchar al propio cuerpo y tomar la guía de nuestro profesor/instructor como eso, una simple guía.
Master Class | Maas Yoga | 2018
Como instructores es nuestro trabajo devolverle la soberanía a él/la practicante, sobre su cuerpo y su práctica. Esto significa poner en marcha y al servicio las condiciones óptimas para generar un camino único y personal. Significa ofrecer las llaves que abren a las mil y un puertas de los caminos posibles y singulares. Será tarea y compromiso de cada unx cruzarlas. No hay una misma indicación que sea válida para todxs, pues somos diferentes y singulares hasta lo inimaginable.
Como profesores e instructores de Yoga, debemos saber que lo que proporcionamos es una guía, más no somos gurús iluminados, ni tampoco nuestra llave y nuestra puerta son el camino a seguir. Y hete aquí el error más común que cometemos cuando nos comparamos con otros profes y/o practicantes, queremos “seguir los pasos de..”, “hacer como hizo el/ella”. En ese copiar y pegar, perdemos nuestro potencial creador original y único
Ahora, todo esto es muy bonito, pero.. ¿Dónde está el borde entre ofrecerle a un/a practicante que se permita ‘escuchar su cuerpo y hacer lo que sienta más propicio” y la irresponsabilidad, ignorancia o negligencia de parte nuestra como guías a llevarlos a límites y zonas “no deseadas”? Rápidamente podemos caer en este borde hacia el facilismo de que el/la practicante entiende, sabe y escucha su cuerpo por lo tanto “todo está bien, todo está permitido” pues está siguiendo su sabiduría interna.
Que no se malinterprete, lo que queremos enfatizar es que bajo ningún punto vamos a dejar a él/la practicante solo/a. El camino de la autoescucha es infinito y al principio podemos no saber como acceder a él. Entonces, ¿qué hacemos?
Acompañamos.
Desde la PRESENCIA, Desde la escucha y la mirada activa. Desde la huella de nuestro propio cuerpo en cada asana que enseñamos. Desde la experiencia de los cuerpos de cada practicante que hemos acompañado a encontrar su variante, la llave a su propio terreno de exploración. Es desde este lugar de responsabilidad, que acompañamos, con sentido y con inteligencia funcional ante todo.
Es nuestro deber como profes/instructores instruirnos, estudiar, comprender, investigar, mantenernos activos en términos de estudio, memoria y práctica.
Manteniendonos humildes, pues cada cuerpo, cada ser nos traen una nueva posibilidad y aprendizaje. Receptivxs como un cuenco con la capacidad de recibir el conocimiento que el/la practicante trae y hacerlo crecer dentro nuestro.
Nuestro objetivo es devolverte y devolvernos la soberanía de la práctica, es sentarnos cerca, escucharnos con el cuerpo y con los sentidos abiertos.
Es hablarle al practicante directamente, a él/ella, sin hacer un relato sobre “mi” secuencia para que simplemente copie. Hablarle desde un lugar auténtico, entablando un diálogo tácito, no hace falta saber las respuestas. Hace falta poder leer/ver lo sutil en los cuerpos de lxs practicantes.
Le “devolvemos la pelota”, para que pueda descubrir sus posibilidades en el asana, cultivando momentos de cuidado, silencio y quietud.
Te devolvemos la pelota a vos, practicante, guía, alumno, maestrx, para que seas tu propio guru. Te invitamos a que te olvides lo que te dijeron que tenías que sentir, corregir, alinear y/o hacer en esta postura, en esta práctica, en esta vida. Cuestionate, cuestiona-nos. ¿Qué sentís?
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