El método de Yin Yoga es relativamente nuevo. Es creado principalmente por Paul Grilley y Sarah Powers, quien termina de nombrar al método como tal (ver nota en el blog).

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¿Para qué sirve el Yin Yoga?

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El Yin Yoga viene a complementar y completar otros estilos de prácticas, o actividades físicas, que denominamos "Yang". En la que se busca ejercitar los tejidos del cuerpo que fomentan la energía del calor, el movimiento y la fuerza. Las prácticas Yang son aquellas que promueven principalmente la activación muscular en dinamismo.

En Yin Yoga buscamos la quietud, la calma y el estímulo de tejidos conectivos profundos como es la fascia, los ligamentos, tendones y huesos.

Así mismo, la forma en que ejercitamos esta práctica de yoga nos lleva a la meditación profunda y a la relajación.  Promueve la conexión con la energía del cuerpo sutíl mediante Los sistemas de Chakras, Meridianos, 5 elementos y Sistema de Organos de la Medicina Tradicional China.

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Las posturas de Yin Yoga se realizan en quietud y permanencia por tiempos prolongados que pueden variar de 3 a 5 minutos, hasta incluso 20 ó más en practicantes avanzados. Uno de los beneficios de la práctica es que activa el Sistema Nervioso Parasimpático que ayuda a calmar, metabolizar y reestablecer las funciones orgánicas del cuerpo.

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La naturaleza del Yin es fría y se vincula al elemento agua, que simbólicamente representa nuestras emociones. Es por eso que a esta práctica se la denomina también como una práctica emocional/espiritual.

Sus fundamentos se enraízan en la filosofía del Taoísmo y el Tántra. De aquí que el Yin deviene del Tao (China) y el Yoga (Tantra) de India.

El Yin Yoga colabora a reestablecer la homeostasis del cuerpo físico, mental y emocional.

A través de la práctica vamos encontrando la propia guía, voz interior que se expresa en y a través del cuerpo.