Rāga y dveṣa: ¿apego al placer o rechazo al dolor?
- Yoga Yin Escuela Virtual

- 7 oct
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¿Es posible vivir sin quedar atrapados en ese vaivén emocional? Desde los Yoga Sutra de Patanjali hasta la Bhagavad Gītā, el yoga propone un camino para soltar los apegos, cultivar la ecuanimidad y actuar desde un lugar más consciente y libre. Por Estela Chapuis
En los Yoga Sutra, Patanjali describe dos de las fuerzas más poderosas de la mente. Rāga: la atracción hacia lo que nos gusta. Y dveṣa: el rechazo hacia lo que no. Como el Yin y Yang, rāga y dveṣa son dos caras de la misma moneda. Pero, ¿cómo se puede leer esto desde el yoga clásico y volcarlo a una práctica más consciente?

Yoga Clásico: el samkhya y losYoga Sutra de Patanjali
Para Patanjali incluso los frutos agradables son dolorosos. La suma total al final es siempre dolorosa a pesar del placer inmediato. El hombre pasa toda su vida luchando entre esos extremos, buscando lo que le gusta y huyendo de lo que le desagrada.
Es parte de la vida. Recordamos una experiencia placentera y sentimos urgencia en repetirla. Sentimos lo que nos dañó, o simplemente no nos gusta, y queremos evitarlo. Sin embargo, cuando estas fuerzas dominan nuestra existencia, se transforman en sufrimiento.
Para superar ese sufrimiento, el yoga clásico nos invita a un camino de renunciación. Y cabe recordar que para Patanjali, el error fundamental radica en la ilusión de un individuo con cuerpo y mente. Por lo tanto, cualquier proceso mental es una aflicción que nos ata a la ignorancia, y no permite ver la transitoriedad de las cosas, ni la inexistencia del yo.
“Yoga es el cese de las fluctuaciones mentales”, (Sutra 1:2)
“Las modificaciones de los klesha se pueden reducir por medio de la meditación. A través de la atenta observación (meditación) se pueden superar esas tensiones” (Sutra 11.2)
El yoga de la acción: la enseñanza de la Bhagavad Gita
La Bhagavad Gītā* muestra otro camino: el karma yoga, el yoga de la acción. A través de la acción podemos soltar los apegos que nos atan al sufrimiento.
Krishna le explica a Arjuna que la mente se deja arrastrar fácilmente por los apegos que nos confunden y que ese es el sufrimiento. Queremos, o no, algo. Nos aferramos.
Comprender la verdadera naturaleza de lo que nos ata es fundamental. Mientras permanecemos apegados a “necesidades” nos volvemos incapaces de vivir en el presente y sentirnos interconectados.
Tendemos a igualar felicidad con el apego que sentimos hacia las cosas, ya sean objetos o ideas. Sin embargo, soltar los apegos, especialmente al fruto de nuestras acciones, ayuda a encontrar el equilibrio, ir más profundo en nuestra esencia y ser más libres:
“Para quién contempla el objeto de los sentidos, surge el apego por ellos. Del apego nace el deseo. Del deseo nace la ira. De la ira, la confusión. De la confusión, la destrucción de la inteligencia. De la destrucción de la inteligencia uno se pierde a sí mismo”.
Karma significa acción. Entonces, Karma Yoga es el yoga de la acción consciente y desinteresada:
“Nadie puede permanecer inactivo. Incluso en quietud, la mente sigue actuando. Por eso la verdadera renuncia no consiste en dejar de hacer, sino en actuar sin quedar atrapados en los frutos de nuestras acciones” (3.4)
Cumple con tu deber, sin apego al resultado. Actuar así es Yoga (2.47)
Ecuanimidad: la cualidad del yogui
Krishna le dice a Arjuna que la ecuanimidad es sinónimo de yoga: mantenernos estables frente al placer y el dolor, sin aferrarnos ni huir. La Bhagavad Gītā lo expresa con claridad: “Permanece ecuánime ante el éxito y el fracaso; la ecuanimidad es Yoga” (2.48). No es indiferencia, es habitar el centro en medio del movimiento constante de la vida.
La ecuanimidad surge cuando aprendemos a observar sin reaccionar de inmediato, a darnos ese instante de espacio entre estímulo y respuesta. Allí la mente se vuelve más clara, la acción más sabia y el corazón más libre.
El psicólogo Daniel Kahneman en su libro “Pensar rápido, pensar despacio” distingue entre el “yo que siente” y el “yo que recuerda”. Dice que solemos quedar atrapados en la memoria de los placeres y dolores pasados. La práctica de la ecuanimidad nos devuelve al presente, sin negar la emoción, pero sin perdernos en ella.

Desarrollar ecuanimidad es un entrenamiento diario: no aferrarnos a lo agradable, no huir de lo desagradable, y descubrir que en esa estabilidad florece algo más profundo, independiente de las circunstancias.
No negar las emociones, intentando darnos una pausa para no reaccionar. Desarrollar la conciencia testigo para decidir con más elementos, sabiduría y libertad.
Ecuanimidad no es apatía ni indiferencia. Es mantenernos presentes frente al devenir de los acontecimientos sin perder el equilibrio, permaneciendo estables. No perder la capacidad de distinguir, agradable, desagradable, manteniendo cierto control.
La propuestas actuales del yoga
No negar las emociones, sino reconocerlas. No son enemigos, sino parte de la capacidad emotiva de la mente, que podemos transformar en aprendizaje. Sin Klesha no es posible ninguna actividad humana.
Vivir con consciencia testigo, en la acción ya que nuestra vida se desarrolla ahí, con actitud de Karma Yogui.
Desarrolllar Svadhyaya, autoobservación, reconociendo las reacciones automáticas y transformando la vida en acción consciente, un proceso que nos prepara mejor para el trabajo colectivo.
Hacer, pero hacer con consciencia meditativa, sin esperar los frutos de esa acción.
Actuar desde el dharma (nuestra naturaleza). Este camino no significa indiferencia, implica actuar desde lo que nos corresponde de manera auténtica, con sinceridad y entrega, sin creernos los “hacedores”.
Yin yoga como un acto de Karma Yoga
En base a todo esto, se puede pensar el yin yoga como un acto de Karma Yoga. Un proceso mediante el que se arma la postura, acción consciente, Karma; hay una entrega al momento. desapego del resultado; se respira con atención y permanecer, sin buscar placer ni evitar dolor; y se sostiene la presencia en un proceso de transformación.
Esto vuelve fundamental el hecho de elegir con consciencia y observar deseo y aversión:
Identifica tres situaciones recientes que te hayan generado infelicidad.
Elige la que más te incomodó. Pregúntate: ¿qué cualidad negativa despertó en mí?
Reconoce lo opuesto: ¿qué cualidad positiva podría equilibrar esa reacción?
Imagina la misma situación, pero proyectando en ti esa cualidad positiva.
Este ejercicio nos recuerda que siempre tenemos un margen de elección. Al entrenar la mente en esa dirección, la acción deja de ser una carga y se convierte en camino hacia la libertad interior.
Una vida más ligera

Raga y dveṣa son parte de nuestra naturaleza, pero no tienen por qué gobernarnos. El yoga nos recuerda que la verdadera libertad surge cuando dejamos de reaccionar y aprendemos a responder con ecuanimidad.
Cada acción, por pequeña que sea, se convierte entonces en oportunidad de practicar el desapego, cultivar la presencia y vivir desde el dharma. Allí descubrimos la verdadera práctica: el yoga en la vida, momento a momento.
“Como especie tendemos a igualar felicidad con el apego que sentimos por las cosas, tanto objetos como ideas. Pero paradójicamente, es soltar los apegos, especialmente el apego a los frutos de nuestras acciones, lo que facilita la habilidad de encontrar estabilidad en el caos. Esa estabilidad es lo que nos permite la capacidad de mirar con profundidad nuestra esencia para encontrar libertad, por lo tanto, felicidad. Al cultivar esa ecuanimidad, podemos experimentar nuestros apegos plenamente, incluso disfrutarlos, y luego ver su falsedad y dejarlos ir”, }Richard Freeman-Mary Taylor (Cuando el amor se revela- Sabiduría de la Bhagavad Gita para iluminar la vida moderna p. 55).
Bibliografía
*La Bhagavad-Gītā (el "Canto del Señor") es un texto sagrado del hinduismo, parte de la epopeya india del Majabhárata, que narra una conversación entre el príncipe Arjuna y el dios Krishna en el campo de batalla. En él, Krishna explica a Arjuna la naturaleza del deber, la rectitud y el camino hacia la liberación espiritual, abordando la eternidad del alma y la importancia del yoga, la sabiduría y la devoción.
Yoga Sutra. Los aforismos del Yoga- Oscar Puyol
Cuatro caminos para la libertad- Swami Satyananda
La Bhagavad Gita- Oscar Puyol
Cuando el amor se revela- Sabiduría de la Bhagavad gita para iluminar la vida moderna
Pensar rápido, pensar despacio- Daniel Kahneman






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